12ª TERTULIA LITERARIA

12ª TERTULIA LITERARIA

Sábado 15 de septiembre de 2012



EL VADO,
de Ramón J. Sender



Se  inicia la tertulia literaria con un breve bosquejo de la biografía de Ramón J. Sender señalando los principales hitos de su vida como la infancia en Chalamera (1901),  el bachillerato comenzado en Zaragoza y rematado en Alcañiz, el abandono de la casa familiar por diferencias con el padre, su vida de vagabundo en Madrid, los primeros trabajos como periodista en revistas y periódicos –sobre todo de orientación anarquista- , su participación en la guerra de Marruecos, el exilio por la guerra civil con el asesinato de su esposa y su definitivo asentamiento en Estados Unidos como profesor de literatura española hasta su fallecimiento den San Diego en 1982.

A continuación se  van expresando las impresiones  que ha causado la lectura de “El vado”. En general llama la atención la brevedad de la novela y su profundidad. Y  peses a esto último es una obra que engancha, que mantiene la tensión hasta su final. Se destacan algunos aspectos propios de la época y hoy prácticamente olvidados como por ejemplo la existencia del infierno como fuego eterno, la alianza de la Iglesia con el poder militar considerando como “enemigo de Diós”, el lavado y secado de la ropa en el río con piedras…Se manifiesta que es un libro muy personal al consignar sólo los nombres propios de Lucía y su hermana Joaquina y al describir los avatares del mundo interior de Lucía. Se refleja en este sentido que le tema básico del librito es la culpa por haber delatado y asesinado Lucía al marido de su hermana Joaquina, y su expiación. En este trance Lucía llega, aunque haya cierta propensión por su carácter, a momentos de alucinación y de locura, envueltos a veces por el sueño.

El hilo de la tensión de la obra viene marcado por la confesión de la culpa que Lucía hace a su hermana Joaquina. La obra va marcando diferentes pasos de esta confesión hasta llegar a decírselo  cara a cara a su hermana, no una sino dos veces, y , luego, al final, a todo el mundo. Esta última confesión pública, al parecer, en medio de la nieve y de su desnudez, apuntan a su expiación y sosiego interior. Se  subraya que tanto en el encuentro amoroso de Lucía con el joven como en su desnudez entre la nieve siempre está presente la dalla, representando a la muerte.

También se destacan dos detalles. El primero es que toda la naturaleza como el río con su vado, el sol, las nubes, el viento, los juncos, el perro, la lechuza, la noche… acompañan y reflejan el mundo interior de Lucía. El segundo es que queda en el aire una pregunta. Por mucho que Lucía tenga ramalazos de locura, Joaquina, su suegra y la gente del pueblo o no saben o no quieren o no pueden entender a Lucía. De cualquier manera tanto en los arrebatos de locura de Lucía como en el comportamiento de su hermana Joaquina, incomprensible para Lucía, late, en palabras del escritor,  una poderosa y misteriosa fuerza interior.

Como colofón, a lo largo de la tertulia se ha puesto de relieve el menejo brillante de la lengua castellana por parte de Ramón J. Sender con su estilo fluido, minucioso, lleno de no  pocos recursos (metáforas, metonimias, ambigüedad sopesada…). Salpicado su estilo, como no podía ser, de palabras de su tierra.

12ª TERTULIA LITERARIA

12 ª TERTULIA LITERARIA

Sábado 15 de septiembre de 2012

EL VADO, de Ramón J. Sender













De nombre Ramón José Sender Garcés, tras acabar el bachillerato, con diecisiete años, se escapó a Madrid, en donde falto de recursos, vivió como un vagabundo. Comenzó a escribir para algunos periódicos y trabajó en una farmacia. Su padre le recogió y le llevó a Huesca, trabajando allí como director del periódico La Tierra. Tras pasar por el ejército en la guerra de Marruecos, comenzó a trabajar en el periódico El Sol, como articulista y corrector, y también comenzó a escribir libros y colaborar en periódicos, alcanzando en poco tiempo reconocimiento. Intervino en revueltas anarquistas, lo que le llegó a costar la cárcel. Durante la Guerra Civil, combatió en el lado republicano, y fue enviado a Estados Unidos y Francia a realizar labores de propaganda. Finalizada la guerra, se exilió a México y de allí en 1942 marchó a Estados Unidos, obteniendo una plaza de profesor de Literatura Española en la Universidad de California en San Diego. En el año 1935, obtuvo el Premio Nacional de Literatura en su modalidad de narrativa, y en 1969, el Premio Planeta.

Fue un escritor muy prolífico, cultivando la narrativa, el ensayo y el teatro.